Terapia consistente en la realización de una serie de posturas activas (se trabaja desde la propiocepción), en las que tratamos de estirar de forma global y progresiva las cadenas musculares estáticas (anteriores y posteriores). En dichas posturas, realizando contracciones isométricas e isotónicas excéntricas, coordinadas entre terapeuta y paciente, corregimos todas las deformaciones y desequilibrios estáticos evitando las compensaciones. Actuamos desde la consecuencia hasta la causa de las lesiones, con el fin de recuperar y recobrar la correcta morfología y funciones ligadas a la misma.
Los principios en los que se basa la RPG son:
Individualidad
Sn protocolos. La técnica se adapta a la persona ya que cada uno reacciona de forma diferente ante las distintas agresiones.
Causalidad
Nuestro objetivo es ir del síntoma a la causa. En muchas ocasiones los síntomas que vemos o sentimos son sólo la consecuencia de una causa oculta que puede incluso hallarse en otra zona del cuerpo más o menos alejada. Para que el tratamiento sea eficaz y duradero, habrá que tratar no sólo los síntomas, sino también buscar y tratar la causa que los produce.
Globalidad
En el tratamiento tenemos en cuenta todo el cuerpo a la vez, ya que el cuerpo es capaz de realizar compensaciones e incluso deformarse para ocultar o evitar dolores o disfunciones. Es muy fácil que al estirar o alargar una zona, haya otra que se acorte.
Calidad
No cantidad. Se considera al paciente, no a la enfermedad.
Existen ocho posturas, divididas en cuatro familias que se eligen en función de la patología y morfotipo de cada persona.
Durante la sesión y ayudándonos de las diferentes posturas, buscamos conseguir:
Escoliosis, hiperlordosis, hipercifosis.
Patología dolorosa de la columna.
Rigidez y dolor articular.
Disfunciones respiratorias.