El suelo pélvico es el conjunto de estructuras músculo-aponeuróticas que cierran la cavidad abdominopélvica en su parte inferior. Las disfunciones de esta musculatura cada vez son más frecuentes y están presentes en la actualidad, tanto en hombres como en mujeres. Cabe destacar su importancia en el embarazo y especialmente en el parto, ya que son la última barrera que tendrá que franquear el bebé antes de nacer.
El suelo pélvico ejerce un papel importante en el soporte de los órganos pélvicos y en la estibilización lumbopélvica, mediante su capacidad de generar y controlar la presión intraabdominal y mediante un mecanismo de cierre de las articulaciones sacroilíacas.
Debido a que en el ser humano, la presión intraabdominal aumenta durante la mayoría de las actividades de la vida diaria, en personas sanas, el suelo pélvico se contrae con anterioridad y de forma proporcional al aumento de presión intraabdominal con el fin de garantizar el soporte de los órganos y la continencia urinaria y fecal. Así mismo, durante la realización de contracciones voluntarias de los músculos del suelo pélvico se produce la coactivación de la musculatura profunda del abdomen.
En pacientes con disfunciones que afectan a la región lumbar, pelvis y/ o suelo pélvico, muestran que la respuesta anticipatoria de estos músculos está alterada con respecto a las personas sanas. Por lo tanto, nuestro objetivo prioritario es recuperar la coordinación entre ambas estructuras a lo largo del tratamiento.
El suelo pélvico debe tenerse en cuenta en todas las situaciones que provoquen aumentos de la presión intraabdominal. En los casos en que se encuentra muy débil, el objetivo es evitar la hiperpresión o protegerle de ésta.
No hay que olvidar la postura durante el esfuerzo. La dirección de las presiones puede cambiar cuando la columna no está alineada correctamente y la eficacia muscular se reduce.
Lo que aumenta las posibilidades de presentar incontinencia es la suma de factores de riesgo a lo largo de la vida. El parto, el estreñimiento, los esfuerzos repetidos, el tipo de vida y el deporte, entre otros factores determinarán si, inmediatamente o tras varias décadas, pueda presentar disfunción del suelo pélvico.
Los tratamientos son individualizados y personalizados. Siempre van precedidos de una:
Evaluación de la faja abdominal.
Evaluación pelviperineal.
Evaluación de la estática pélvica.